Los campos de batalla es lo que tienen, que no son muy buen sitio donde conectarse a internet, pero tranquilos. Un grupo de estudiantes de la Universidad de Bostón ha creado un robot capaz de crear redes WiFi allí donde ningún Starbucks ha llegado todavía. Hacer checkin de Foursquare en el nido de ametralladoras por fin será una realidad anhelada por miles de soldados huerfanos de social media.
Lo cierto es que, ironías aparte y aunque podamos considerar cuestionable la necesidad de una red WiFi en territorio hostil, el dispositivo ideado por estos estudiantes es digno de todo elogio.
El robot tiene forma de un pequeño tanque de aproximadamente un metro
de largo y dotado de unas ruedas de oruga con las que moverse por
cualquier terreno con una distancia de hasta 12 horas y una capacidad de
carga de hasta 90 kilos.
¿Y para qué necesita un robot como este cargar algo? Ahí está la genialidad de la idea. El CommBot, que así es como lo apodan sus creadores, va dejando a su paso pequeños módulos estancos y a prueba de colpes que contienen un router WiFi autónomo
con batería. Estas cajas son las que general una red WiFi extendiendo
la señal al paso del robot a partir de cualquier red funcional en el
área.
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